Cuando pensamos en asegurar el futuro educativo de nuestros hijos, hay varias opciones que podemos considerar. Aunque, tanto los fideicomisos educativos como los seguros educativos buscan el mismo objetivo (garantizar la educación de tus hijos), existen diferencias clave entre ellos que vale la pena conocer para tomar la mejor decisión.

Aquí te presentamos cuatro maneras de diferenciar un fideicomiso educativo de un seguro educativo, para que puedas elegir la opción que mejor se adapte a tus necesidades y las de tu familia.

¿Qué hace diferente un seguro educativo de un fideicomiso educativo?

1. Duración y periodo de aportación

• Fideicomiso educativo:

Una de las principales ventajas del fideicomiso educativo es su flexibilidad en cuanto al tiempo de aportaciones. La duración del plan es de 4 a 5 años, dependiendo del contrato.

Después de este periodo, dejas de realizar aportaciones y el dinero que has invertido genera rendimientos sin que tengas que seguir aportando. Es importante que sepas que, posterior al primer año de aportaciones, tu dinero empieza a generar rendimientos hasta el último reembolso.

• Seguro educativo:

Los seguros educativos suelen tener un periodo de aportaciones más extenso. En la mayoría de los casos, las aportaciones se hacen hasta que tu hijo cumple 18 años. Lo cual hace que los seguros sean compromisos de largo plazo.

2. Diversificación del portafolio

• Fideicomiso educativo:

Suele contar con un portafolio de inversión diversificado, lo que significa que los fondos se invierten en una variedad de activos, como acciones, bonos, UDIS y otros instrumentos financieros. Esto ayuda a mitigar el riesgo asociado a la depreciación del dólar.

• Seguro educativo:

Generalmente, se cotizan en dólares. Lo que puede poner en riesgo tu inversión, pues la depreciación de la moneda puede reducir significativamente el valor real del fondo acumulado, haciendo que el dinero ahorrado no sea suficiente para cubrir los costos educativos que, además, tienden a aumentar con el tiempo.

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3. Rendimientos

• Fideicomiso educativo:

Los rendimientos se generan a lo largo del tiempo y se entregan cuando tu hijo empiece a estudiar la universidad o preparatoria (dependiendo del plan contratado). Estos rendimientos están exentos del Impuesto Sobre la Renta (ISR). Además, el fideicomiso está diseñado específicamente para proteger los ahorros y garantizar que se usen exclusivamente para la educación.

• Seguro educativo:

Los rendimientos son generalmente menores, debido a la combinación de impuestos y los costos de las primas de seguro.

4. Beneficios adicionales

• Fideicomiso educativo: 

Uno de los más importantes son los convenios con universidades nacionales e internacionales, lo cual puede ofrecerte descuentos en colegiaturas o en programas de estudio para tu hijo. Estos descuentos se extienden no solo al beneficiario, sino también a familiares directos.

• Seguro educativo:

En general, no ofrecen este tipo de beneficios adicionales. Aunque algunos seguros pueden incluir ciertas coberturas extra para el beneficiario (como asistencia médica o apoyo en caso de fallecimiento), no brindan acceso a descuentos educativos ni convenios con instituciones académicas.

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Tanto el fideicomiso educativo como el seguro educativo son opciones viables para asegurar el futuro académico de tus hijos. La clave está en entender las diferencias y elegir el que mejor se adapte a tus necesidades financieras y expectativas a largo plazo. 

Si buscas mayor flexibilidad, beneficios fiscales y acceso a convenios con universidades, el fideicomiso educativo puede ser la opción ideal para ti.

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