Existen varios instrumentos de ahorro e inversión para asegurar la educación de los hijos mientras ellos son pequeños, los cuales permiten anticiparse ante un futuro incierto y aminorar el impacto económico familiar al momento en que entran a la universidad. Tales alternativas, como un fideicomiso educativo, pueden compartir ciertas cosas en común; sin embargo, cada una tiene sus características y dependerá de ti elegir la que consideres más adecuada.
¿Cuáles son las opciones que existen? ¿Qué características tiene cada una? ¿Cuál es la mejor opción para mi familia? ¿Cuál se adecua mejor a mis necesidades?
En esta ocasión hablaremos del seguro educativo frente al fideicomiso educativo, las características que tienen estos vehículos financieros y los beneficios que otorgan a tu familia.
Características de un seguro educativo
Un seguro educativo es un tipo de seguro de vida en el que los padres o tutores pagan primas periódicas con el fin de asegurar una suma de dinero que se entregará al beneficiario para financiar su educación en el futuro.
Una de las características del seguro educativo es que requieren un compromiso de pago a largo plazo y el periodo de aportaciones puede ser de hasta 18 años, dependiendo de la edad que tengan tus hijos al momento de contratarlo.
Además, los seguros educativos suelen tener términos más rígidos y el monto de las primas depende de las características del asegurado, como: edad, sexo, estado de salud, ocupación, estilo de vida, entre otras.
Otra consideración importante es la vulnerabilidad de los seguros educativos a la depreciación del dólar. Muchos seguros educativos están denominados en dólares, lo que puede significar una pérdida de valor si la moneda se deprecia.
Finalmente, considera que los seguros educativos, aunque también pueden destinarse a la educación, a veces permiten usos más generales, lo que podría desviar el propósito original del ahorro o no cumplir su objetivo inicial.
Características de un fideicomiso educativo
Un fideicomiso educativo es un instrumento jurídico y financiero que da la flexibilidad de realizar operaciones para beneficio del contratante, en este caso, la educación de tu hijo.
Este debe estar operado por un banco, quien funciona como el fiduciario y es el encargado de captar, custodiar, administrar y reinvertir las aportaciones para generar rendimientos del dinero del contratante, el cual está destinado exclusivamente para la educación.
Una de las principales características de un fideicomiso escolar es su flexibilidad. Este tipo de instrumento se adapta a las necesidades de cada familia y tú decides el monto a ahorrar, la periodicidad y tipo de tus aportaciones. Además, el periodo de ahorro en un fideicomiso educativo es muy corto, de tan solo 4 o 5 años dependiendo el plan elegido.
En un fideicomiso educativo, los fondos están destinados exclusivamente para fines educativos. Esto asegura que el dinero se use precisamente para cubrir la educación de tu hijo(a). Además, de acuerdo con el artículo 90 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta, los rendimientos generados están exentos del ISR (Impuesto Sobre la Renta).
Fideicomiso educativo y seguro educativo: Principales diferencias
Aquí te presentamos una tabla resumen de las diferencias entre un fideicomiso educativo y un seguro educativo:
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