¿Sabías que existen herramientas que nos permiten anticiparnos y aminorar el impacto económico cuando llegue el momento de que los hijos ingresen a la universidad? Si, existen, y una de las más seguras, es el fideicomiso educativo. Sin duda llama nuestra atención, pero al mismo tiempo suena algo complicado; en realidad es más simple de lo que te imaginas.

Probablemente para ti, al igual que para muchas personas, no es clara la diferencia entre ahorrar e invertir, e incluso utilizamos uno y otro de manera indistinta. Esto se debe a que en ambos casos se trata del dinero que no gastamos y guardamos. Sin embargo, la finalidad de estos instrumentos está estrechamente relacionada con el propósito con el que reservamos nuestro dinero y el tiempo con el que contamos para lograr la meta que deseamos alcanzar.

Ahorrar no es guardar el dinero que nos sobra después de todos los gastos y gustos, sino que es un compromiso personal en el que establecemos una cantidad determinada que vamos a reservar para destinarlo al ahorro. Es, en definitiva, una cantidad de dinero que no vamos a gastar ahora con la finalidad de contar con este dinero para emergencias o para una compra futura: bienes, viajes, servicios, etc. Un aspecto importante es que podemos acceder a este dinero fácil y rápidamente, y que idealmente se conserva con poco o ningún riesgo.

Las modalidades para ahorrar nuestro dinero pueden ser muy variadas, desde una alcancía, tandas, o bien en el Banco.

El propósito de fomentar en los niños la costumbre de ahorrar en una alcancía, es generar un buen hábito; sin embargo, no es la mejor forma de ahorrar, ya que la alcancía no permite preservar el valor de nuestro dinero, sino únicamente resguardarlo, al igual que otras alternativas como una chequera o cuentas de ahorro.

Las inversiones nos permiten alcanzar otros objetivos, más allá del resguardo y preservación de nuestro dinero porque pagan un interés que nos permite mantener el poder adquisitivo de este durante el periodo de tiempo que lo mantenemos ahorrado.

Invertir es comprar activos como acciones, bonos, fondos mutuos, o bienes raíces, con la expectativa de que la inversión nos genere beneficios. Las inversiones generalmente se seleccionan para lograr objetivos a largo plazo.

Al final, no se trata de una decisión entre ahorrar e invertir, como comúnmente tendemos a pensar. El hábito del ahorro es necesario para poder contar con recursos que invertir y como papás, prever y planear la educación de los hijos. Ahorrar te permitirá crear una inversión para la universidad de tus hijos.

Toma en cuenta que la inversión tiene la gran ventaja del tiempo porque este brinda la capacidad de favorecer el crecimiento del dinero invertido para la alcanzar la meta deseada: la educación universitaria de tus hijos.

Un fideicomiso educativo, es el único producto integralmente planeado y desarrollado para construir la educación de los hijos. Es un instrumento financiero exclusivo y especializado para la educación, y da la certidumbre de que el dinero será destinado a ese propósito. Estos, deben estar operados por un banco (que es el fiduciario) el cual se encarga de captar, custodiar, administrar e invertir tus aportaciones para que estas generen rendimiento

Te recomendamos leer: 5 puntos que debes saber sobre los fideicomisos educativos.

El fideicomiso educativo administrado por Mexicana de Becas es operado por Grupo Financiero Santander México y es abierto, irrevocable e inembargable.

Te presentamos un ejemplo de proyección para invertir en el Fideicomiso de Mexicana de Becas en los que podrás notar como el tiempo es un factor muy relevante al momento de invertir:

Si quieres resolver dudas específicas o ampliar información comunícate con alguno de nuestros promotores de ahorro educativo para que te ayuden a generar una proyección de acuerdo con tus necesidades y a tu capacidad de inversión, ¡contáctanos!