El limitado acceso a universidades públicas suele ser el susto más grande para los universitarios; y sobre todo el más cruel. A cualquier joven puede parecerle aterrador que cuando desea ingresar a una universidad pública no alcance un lugar para continuar con sus estudios y convertirse en el profesionista que había soñado.
Sabemos que la educación pública en nuestro país tiene mucha demanda y pocos lugares para ofertar, sin contar que muchos de estos lugares ya están ocupados por aquellos que ya tienen pase seguro por la preparatoria. Y un hecho es que, aunque la demanda para las universidades públicas crece, la cantidad de lugares disponibles no lo hace. Veamos algunas cifras:
Analizando un poco las cifras anteriores, podemos decir que menos de la cuarta parte de los aspirantes a universidades públicas consiguen un lugar. Entonces, ¿qué pasa con los jóvenes restantes que aspiran a estudiar la universidad?
Puede que algunos de ellos tengan la posibilidad de acceder a una universidad privada, quizás con el apoyo de sus padres, pero la realidad es que muchos de ellos tendrán que conseguir por lo menos un empleo de medio tiempo para cubrir el costo de las colegiaturas y sus gastos personales. Por otro lado, para aquellos estudiantes para los que la universidad pública era su única opción, tendrán que posponer sus estudios universitarios hasta que se les presente una nueva oportunidad. Y el ultimo porcentaje, ya no hará un nuevo intento, y quizás consiga un trabajo menos remunerado que el que habría podido conseguir de tener una carrera universitaria. Esos son los escenarios que se les presentan a miles de jóvenes en la actualidad hoy día, que no fue falta de interés por continuar sus estudios, simplemente son víctimas de las circunstancias.
Ahora, desde la perspectiva de los padres, podemos hacernos una idea de como pueden sentirse al respecto. Seguramente para muchos de ellos no es fácil ver a sus hijos decepcionados y frustrados por esta problemática que se les presenta, y aunque estos padres tengan la mejor disposición de apoyar a sus hijos, los compromisos financieros que tienen, la pérdida del empleo o una disminución en su salario podrían impedir llevar a cabo este deseo de seguir apoyando a sus hijos con su educación.
Entonces, ¿hay manera de evitar que el susto del limitado acceso a universidades públicas los ataque? Si, si la hay. Miles de padres, que cuando se les presento la oportunidad, confiaron en Mexicana de Becas, se dieron cuenta lo útil que fue contar con un plan de ahorro educativo para el momento en que sus hijos entraron a la universidad.
En Mexicana de Becas al igual que a ti, nos importa enormemente el futuro educativo de tus hijos. Por 30 años hemos sido el único fideicomiso educativo abierto en México con ventajas que otros instrumentos de ahorro no tienen.
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