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El día a día con tu hijo de 1-3 años.

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Sabemos que algunas veces los días con niños pueden parecer interminables, que algunas veces hay millones de cosas que hacer y otras veces ya no sabemos qué más actividades hacer con ellos.

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Es importante recordar que los niños no necesitan muchas cosas y tampoco es nuestra tarea “entretenerlos”. En especial en esta edad, 1-3 años, lo importante es explorar y conocer su alrededor y a sí mismo. Y nosotros solo necesitamos darle oportunidades de hacerlo.

 

 

 

Algo que nos puede ayudar a que los días sean más fluidos y llevaderos es tener una especie de ritmo o rutina que guíe el día, no necesita ser un horario muy estricto ni lleno de actividades, es suficiente con hacer este ritmo consistente y apegado a las necesidades del niño, para que así pueda predecir lo que viene y así sentirse más seguro y hacer las transiciones de una actividad a otra más sencillas para todos.

Las rutinas son muy beneficiosas para los niños, ya que el saber lo que viene después les da seguridad y confianza,

Un ejemplo de rutina sencilla puede ser:

rutina diaria

 

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Además, los días están llenos de momentos de cuidado (recuerda que cada vez serán menos): hay que vestirlos, bañarlos, darles de comer, cambiar su pañal.. y todos estos momentos pueden usarse para conectar con nuestros hijos: podemos hacer estas cosas de manera tranquila y hablar sobre lo que estamos haciendo, observarlos, cantar, etc, poniendo nuestra atención completa en ellos.

 

Si tu hijo tiene interés en vestirse solo (o hacer cualquier actividad de manera independiente: lavarse los dientes, las manos, cepillarse el cabello) puedes mostrarle cómo hacerlo cuando tengan tiempo de hacerlo sin prisa (como el fin de semana), para darle al niño el tiempo necesario para practicar, en el lugar adecuado.

Puede ser que en esta etapa, que es cuando empiezan a reconocerse como personas ‘aparte’ o ‘separadas’ de sus padres, los niños quieran hacer las cosas solos en algunas ocasiones y no en otras,

en estos casos podemos ayudarlos un poco (lo menos posible, pero todo lo necesario) y tener paciencia, ya que es parte del proceso de maduración.

 

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Si somos nosotros los que tenemos prisa y nuestros hijos están intentando hacer las cosas solos, podemos decirles que tenemos prisa y que vamos a ayudarlos un poco (es importante decirles antes y decirles a que, para no interferir con su esfuerzo. ej. “tenemos que irnos ya, te voy a ayudar a ponerte los zapatos y la chamarra”).

 

 

El ambiente en el que pasamos los días también puede influir enormemente en cómo funcionan nuestros días, si tenemos un ambiente que nos ayude a estar más organizados y claros sobre lo que hay que hacer en cada espacio y/o momento. Esto incluye tener lo necesario en cada espacio para cada actividad (para el baño, la comida, el cambio de pañal, etc; así como asegurarnos de que cada cosa tenga un lugar establecido. Todo esto para ayudar a hacer los días más predecibles y así darle mayor seguridad a los niños.

Crear un ritmo diario para tu hijo no significa ser rígido, sino encontrar un equilibrio que permita que los días sean predecibles y fluidos. Las rutinas bien establecidas no solo ayudan a los niños a sentirse seguros, sino que también crean momentos significativos para conectar con ellos.

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La paciencia, el amor y la atención que pongas en los pequeños detalles del día a día serán la base de su seguridad y confianza. Las rutinas no son solo horarios, son una oportunidad para cultivar un ambiente en el que tu hijo pueda crecer feliz y seguro.

 

 

 

 

Cuéntanos en los comentarios si te gustaría que habláramos más a profundidad de alguna parte de la rutina diaria y cuál es tu mejor tip para hacer los días más llevaderos, para así darnos ideas entre todos!

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