¿Qué nos viene a la mente cuando oímos la palabra “presupuesto”? Es cierto que a veces nos asusta, ya que en muchas ocasiones solo nos recuerda nuestras deudas y brechas financieras. De hecho, las cifras indican que, a menos de la mitad de la población mexicana, les gusta planear sus gastos y tener control sobre ellos. Y qué decir de hacer un presupuesto para la educación universitaria de nuestros hijos, ¿estamos listos para enfrentar todos los gastos que se nos vendrán encima? En lugar de preocuparnos, podemos ocuparnos con anticipación para ese momento, que tarde o temprano llegará.
¿Qué es un presupuesto?
Un presupuesto es una herramienta que nos permite saber cuáles son nuestros ingresos y gastos de un tiempo determinado, pero lo más importante es que nos permite visualizar cuánto tiempo requerimos para el cumplimiento de nuestras metas y proyectos. Quizás no nos hemos dado cuenta, pero tenemos fugas importantes de dinero, además es posible que sea necesario hacer algunos ajustes en la manera en la que manejamos nuestro dinero, a veces este quizás no esté yendo a ningún lugar productivo.
¿Por qué es importante planear un presupuesto para la educación universitaria de nuestros hijos?
El costo de estudiar en una universidad privada cada vez es más elevado, de acuerdo con datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), el costo promedio por carrera en una universidad privada en nuestro país va desde los 130,000 pesos a 950,000 pesos en total; este monto puede varias y aumentar dependiendo de la carrera elegida, por ejemplo, la más costosa es la carrera de medicina (en promedio cuesta $1´111,564).
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Por otro lado, si el o la joven logran ingresar a una universidad pública, no significa que no tendrán gastos importantes a los cuales enfrentarse durante su vida universitaria. Por ejemplo, si tienen que trasladarse ¿a cuánto ascienden sus gastos de transporte? O si deciden evitar el incómodo traslado a su plantel, estarán en busca de un alojamiento cercano, lo que les provocara invariablemente un gasto de manutención adicional. ¿Y qué decir de los libros, materiales, y a veces viajes que demanda su carrera? Aunado a esto, alimentos, ropa y esparcimiento.
Es prudente que cuando evaluamos todos estos aspectos, planteemos la necesidad de presupuestar la educación de nuestros hijos, así podremos poner todo de nuestra parte para evitarles mayores inconvenientes.
Si no sabes cómo hacer un presupuesto para la educación de tus hijos, aquí te decimos cómo hacerlo:
- Define un objetivo
Es necesario saber cuánto cuesta y costará en el futuro la universidad a la que te gustaría que asistiera tu hijo (nacional o extranjera), ya que de esta manera podrás estimar cuánto dinero necesitas ahorrar.
- Establece el tiempo que necesitas para lograrlo
Lo ideal es empezar a ahorrar para la educación universitaria de tus hijos desde que nacen, ya que entre más pequeños sean, tendrás más tiempo para llegar a tu objetivo. Además, considera que los gastos familiares van en aumento conforme van creciendo los hijos. En este paso, todo dependerá de lo que quieras, de cuánto dinero necesites, cuánto puedas ahorrar cada mes y cuántos años faltan para que tu hijo entre a la universidad.
- Identifica tus ingresos
Parece simple, pero de esta manera sabrás de cuánto dinero dispones mensualmente para definir la cantidad que asignarás a cada una de las categorías de tu presupuesto. Si tus ingresos son variables, entonces tendrás que hacer ajustes a tu presupuesto. Es importante que identifiques cuál es tu fuente de ingresos principal y tus fuentes de ingreso variables.
- Identifica tus gastos y ordénalos en categorías
Una forma sencilla de iniciar es que conforme vayas realizando tus gastos, los vayas registrando y organizando en categorías (alimentos, hogar, auto y transporte, salud y belleza, entretenimiento, viajes, entre otras.) Así podrás identificar en qué se va tu dinero, de acuerdo con tus necesidades y proyectos. En este punto, debes incluir los gastos hormiga (agua embotellada, cafés, comidas fuera de casa, idas en taxis, salidas no planeadas al cine o a bares, entre otros).
- Establece prioridades en tus gastos
La recomendación es tomar en cuenta la regla 50/20/30, que dice lo siguiente:
El 50% de tu dinero debe destinarse a lo que son gastos esenciales. Esto incluye el pago de renta, transporte, alimentos y pago de servicios básicos como agua, electricidad y gas.
El 20% debe destinarse a metas financieras como un fondo de emergencia, pago de deuda, ahorros esenciales y ahorros para sueños. En este caso, el ahorro para la universidad de tus hijos se considera un ahorro esencial.
El 30% debe destinarse al estilo de vida, que incluye entretenimiento o pasatiempos personales, suscripciones (televisión por cable, Netflix, Spotify, etc.), renta de telefonía móvil, y también gastos de compras, por lo general, grandes. Estos gastos deben hacerse luego de pagar los gastos esenciales y cubrir las metas financieras. Es posible que, este porcentaje se vea reducido si tienes deudas o prioridades distintas.
- Crea un presupuesto
Recuerda que un presupuesto es una herramienta que nos permite saber cuáles son nuestros ingresos y gastos de un tiempo determinado. En este punto es importante que definas qué porcentaje de tu salario vas a destinar al ahorro para la educación de tus hijos y qué actividades adicionales debes hacer para conseguir el dinero necesario para alcanzar tu objetivo.
La idea de tener un presupuesto es saber cómo gastas tu dinero para hacer los ajustes necesarios y cumplir tus metas de ahorro e inversión, es decir, la educación de tus hijos.
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Si aún no sabes qué es un fideicomiso educativo, te recomendamos leer: El ABC de los fideicomisos educativos.
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