Existen varios vehículos financieros para planear la educación de los hijos de manera anticipada, y aunque su objetivo es el mismo, tienen cualidades que los hacen diferenciarse entre sí. En esta ocasión, te ayudaremos a distinguir las diferencias entre un fideicomiso educativo y un seguro, para que veas cuál se adapta mejor a tus necesidades:

Un fideicomiso educativo es un instrumento jurídico y financiero que da la flexibilidad de realizar operaciones para beneficio del contratante, en este caso, la educación de tu hijo. Este debe estar operado por un banco, quien funciona como el fiduciario y es el encargado de captar, custodiar, administrar y reinvertir las aportaciones para generar rendimientos del dinero del contratante, el cual está destinado exclusivamente para la educación. 

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Por otra parte, un seguro educativo es un vehículo de previsión anticipada que te permitirá crear un ahorro para la educación universitaria de tus hijos, donde la aseguradora se compromete a pagar al asegurado una cantidad de dinero en una fecha establecida. Una de las características del seguro educativo es que los periodos de aportaciones suelen ser muy largos, ya que pueden llegar a tener una duración de 18, 20 o hasta 22 años dependiendo de la edad que tengan tus hijos al momento de contratarlo.

Aunque ambos instrumentos tienen el mismo fin, te presentamos en qué se diferencian:

1. Periodo de aportación: Con un fideicomiso educativo, la inversión dura entre 4 o 5 años dependiendo del plan elegido. Después de este tiempo, dejas de hacer aportaciones y tu dinero comienza a generar rendimientos sin que inviertas más. Con un seguro educativo, debes realizar aportaciones desde que inicias el plan hasta que tu hijo cumpla 18 años de edad.

2. Beneficios fiscales: Solamente el fideicomiso educativo te permite exentar el pago del ISR gracias al Art. 90 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta. Con el seguro  educativo tendrás que pagar dicho impuesto sobre la suma de tu inversión. 

3. Rendimientos: Con el fideicomiso educativo se generan ganancias hasta que se entregue el total del ahorro, es decir, hasta que tu hijo esté estudiando la universidad y reciba el último peso generado en el ahorro. Con el seguro, el riesgo de inversión es diferente y las ganancias al no ser libres de impuestos, brindan una menor cantidad para pagar los estudios a pesar de haber invertido de manera activa durante más tiempo.

4. Beneficios adicionales: con un fideicomiso educativo podrás acceder a descuentos con las mejores universidades gracias a los convenios que tiene con instituciones nacionales y extranjeras. Estos beneficios, son extensivos para suscriptores y familiares directos del beneficiario. En este caso, los seguros no ofrecen lo mismo, los únicos beneficios adicionales en caso de existir, serían exclusivamente para el beneficiario del seguro.

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